En las pasadas entradas he establecido diversos puntos que al final pretendo redunden en el tema del diseño de ambientes de aprendizaje abiertos y conectados. Pero, ¿qué significa educación abierta? ¿cuál es el estatus actual? ¿será un movimiento de futuro?

Cuando hablamos de apertura en la educación, vemos varias interpretaciones teóricas de su significado. Según el Consorcio de Educación Abierta (OEC, por sus siglas en inglés), “la educación abierta abarca recursos, herramientas y prácticas que emplean un marco de intercambio abierto para mejorar el acceso y eficacia educativa en todo el mundo.” La Oficina de Tecnología Educativa del Departamento de Educación de Estados Unidos cree que “las oportunidades educativas deben estar disponibles para todos los estudiantes” y plantea que el sistema educativo abierto “implica la disponibilidad de materiales de aprendizaje, datos y oportunidades educativas sin restricciones impuestas por las leyes de derechos de autor, las barreras de acceso o los sistemas propietarios exclusivos que carecen de interoperabilidad y limitan el libre intercambio de información.”  Por su parte, el Open Education Handbook lo define como “término colectivo utilizado para referirse a muchas prácticas y actividades que tienen tanto apertura como educación en su núcleo…la educación abierta se trata de eliminar las barreras a la educación.”  Es decir, que la educación abierta promueve el producir y compartir nuestras ideas, interpretaciones, experiencias y/o conocimiento con otros, de forma libre, con el propósito de ampliarlos y proveer a sus participantes las destrezas necesarias para desempeñarse en la sociedad del siglo XXI.

En la educación superior este concepto se ha centrado más en proveer acceso libre a contenido de cursos y viene tomando forma desde que en el 2001 el Massachusetts Institute of Technology (MIT) desarrolló OpenCourseWare, una publicación web de prácticamente todo el contenido de cursos de esa prestigiosa institución. Al día de hoy, OpenCourseWare ha recibido la visita de sobre 300 millones de usuarios y se han publicado materiales de 2,400 cursos (MIT OpenCourseWare, 2018). Este proyecto fue punta de lanza para el desarrollo de varias iniciativas de cursos abiertos de prestigiosas universidades, conocidos como MOOC (massive open online courses) por sus siglas en inglés. En el 2012, Harvard University y MIT, fundaron edX, una comunidad de aprendizaje en línea que, con más de 130 colaboradores globales, ofrece MOOC de las mejores universidades e instituciones a estudiantes de todo el mundo (edX, 2018).

Por su parte, un análisis de los 28 países miembros sobe la educación abierta en la Unión Europea indica que, a pesar de los avances en el tema, existen muchas diferencias entre los países, especialmente en el ámbito universitario. El estudio concluye además que la visión de la educación abierta en los diversos estados de la UE es muy amplia, enfocada principalmente en los recursos educativos abiertos (OER, por sus siglas en inglés) y el contenido abierto, pero no en políticas o prácticas de apertura (Inamorato, Nascimbeni, Bacsich, Atenas, Aceto & Punie, 2017). El uso de prácticas educativas abiertas supone un proceso complejo, personal, contextual y continuamente negociado por parte de los profesores, sin embargo, hay carencia de datos empíricos sobre este tema (Cronin, 2017).

A pesar de que el concepto ha evolucionado y diseminado por el mundo, aún queda mucho por recorrer. El enfoque en la educación superior ha sido más bien a la apertura de recursos, contenido o materiales. Sin embargo, no se ha profundizado en el estudio o análisis de prácticas educativas abiertas ni en el desarrollo de políticas para implementar las mismas (Cronin, 2017). Definitivamente, es un tema que amerita analizarse desde diversas perspectivas.

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